¿Por qué elegimos a ciertos “hermanos de la vida”?
“La palabra amigo etimológicamente significa “el que custodia el alma”. Desde pequeños nos hacemos muchos amigos, luego el número va disminuyendo y quedan unos pocos: los fieles de toda la vida o aquellos que conocemos en el trabajo o en la facultad y que se tornan muy importantes. Por más independientes que seamos todos, pero absolutamente “todos”, necesitamos vínculos de amistad: es necesario sentirse cuidado por el otro, y el otro necesita que nosotros lo cuidemos” explica el Dr Roberto Ré, médico psiquiatra quien responde a nuestras preguntas:
¿Qué hacen los verdaderos amigos?
Nos custodian de los demás cuando nos quieren hacer daño.
Nos cuidan de lo que nos puede herir.
Nos cuidan de nuestra soberbia e ingenuidad.
Nos alertan cuando no estamos haciendo algo bien.
Nos ayudan a mantenernos despiertos y mirando siempre hacia delante.
¿Por qué elegimos a ciertas personas como amigos?
Más allá de algunas diferencias referentes a la personalidad y gustos, los amigos comparten los mismos valores y leyes de vida, de ahí surge lo más importante: la confianza en el otro.
¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer?
Ya sea por presión del entorno o por atracción sexual muchos creen que la amistad entre el hombre y la mujer es imposible. El paradigma se remonta a la época en que las mujeres solo podían ser amas de casa (sin elección de otro rumbo) y los hombres salían a trabajar, iban al club y salían a beber. Desde la escuela se los dividía por sexo. Entonces la única manera en que se vinculaban dos personas de diferente género era por un romance. Actualmente, y desde hace algún tiempo, la mujer y el hombre trabajan juntos y comparten lugares de estudio y recreación; sin embargo, muchos siguen creyendo en el viejo paradigma. Lo único necesario en estos casos es: dejar las cosas claras desde un comienzo de la amistad.
Cómo evitar problemas en la amistad
Dejar de lado el EGO: Las personas egocéntricas dentro de un grupo de amigos generan conflicto ya que se oponen a la personalidad de otros que quieren sobresalir por alguna razón. El Ego lucha con otros egos como modo de subsistencia.
Ser quien uno es: Para que un grupo de amigos funcione, cada uno debe ser como es, no debe querer ser otro.
Respetarse: No menospreciar ni compararse con los otros. Cada uno tiene sus tiempos, su vida y su modo de ver las cosas. Hay que respetar al otro, con sus defectos y virtudes.
No mentir: en general, muchos mienten porque tienen miedo a la reacción de los otros ante la verdad.
Decir no: No tenemos que tener miedo a decirle “no” a un amigo. La persona que desarrolla límites claros genera una convivencia sana.
No idealizar: Lo que ocurre en muchos grupos de amigos es que uno idealiza a otro. Ya sea por su actitud de líder o por admiración. Esto no es sano porque se pone a la persona en un lugar de superioridad. Para que la convivencia sea sana, es necesario tratar al otro de igual a igual.
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